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Me corro demasiado rápido: 10 consejos para controlar mejor tu excitación y combatir la eyaculación precoz

Introducción


La eyaculación precoz afecta a muchos hombres y muchas veces puede ser una fuente de frustración o incluso de complejidad en su vida íntima.

Aunque es común, muchos se resisten a hablar de ello, pensando que no hay solución. Sin embargo, unos sencillos consejos y ejercicios adecuados pueden ayudar realmente a controlar la excitación y retrasar el orgasmo.

A continuación te damos algunas claves prácticas y naturales que te ayudarán a gestionar mejor este problema y a mejorar la satisfacción sexual, tanto para ti como para tu pareja.


Comprender la eyaculación precoz: desmitificando el problema


Antes de lanzarnos a buscar soluciones, es fundamental comprender qué es realmente la eyaculación precoz.

Según los sexólogos, se caracteriza por una eyaculación que se produce sistemáticamente o casi uno o dos minutos después de la penetración, o incluso antes, sin que el hombre pueda controlarla.

Esta situación puede surgir por factores psicológicos (estrés, ansiedad, falta de confianza en uno mismo) o fisiológicos (excesiva sensibilidad, desequilibrio hormonal). Pero hay buenas noticias: existen soluciones para controlar mejor este reflejo.


1. Trabaja la respiración


La respiración juega un papel crucial en el control de la excitación sexual.

La respiración rápida y superficial en realidad puede acelerar la excitación.

Por otro lado, respirar lenta y profundamente te ayuda a gestionar mejor tu ritmo cardíaco y te ayuda a concentrarte.

Intente respirar utilizando una técnica de "respiración abdominal", inhalando profundamente por la nariz y luego exhalando lentamente por la boca.

Este ejercicio es sencillo pero sumamente eficaz para calmar la excitación y ralentizar el ritmo.


2. Practica la técnica de “empezar y parar”


“Empezar y parar” consiste en detener toda estimulación cuando se siente que se acerca el orgasmo, para retomarla una vez la excitación haya disminuido.

Este control requiere un poco de práctica, pero con el tiempo se vuelve cada vez más fácil retrasar la eyaculación.

Practicar este método solo o en pareja puede dar resultados rápidamente.


3. Experimenta con la técnica de compresión.


La técnica de compresión es otro método para retrasar el orgasmo.

Implica apretar suavemente la base del pene cuando siente que la eyaculación es inminente, lo que reduce la excitación y le brinda control adicional sobre su placer.

Esta técnica también requiere un poco de práctica para saber el momento exacto de implementarla.


4. Fortalecer el músculo PC con ejercicios de Kegel


El músculo pubococcígeo (o músculo PC) es un músculo clave en el control de la eyaculación.

Los ejercicios de Kegel, que consisten en contraer y relajar este músculo, ayudan a fortalecerlo.

Para detectar este músculo, piense en la sensación cuando retiene un chorro de orina.

Contrae, mantén la contracción durante unos segundos y luego suéltala. Repita el ejercicio varias veces al día.

Con el tiempo, notarás una mejora significativa en el control de tu eyaculación.


5. Utilice un condón retardante


Los condones retardantes, disponibles en las farmacias, suelen contener una pequeña dosis de agente anestésico, que reduce ligeramente la sensibilidad.

Esta reducción de la sensación puede ayudarle a retrasar la eyaculación.

Aunque esta no es una solución permanente, puede resultar útil temporalmente mientras dominas otras técnicas.


6. Prueba geles y cremas retardantes


Al igual que los condones retardadores, algunos geles o cremas pueden reducir la sensibilidad del pene.

Aplicados unos minutos antes del acto, actúan como anestésico local, ayudando a retrasar la eyaculación.

Tenga cuidado, sin embargo, de leer atentamente las instrucciones y evite el contacto de estos productos con las mucosas de su pareja para evitar cualquier irritación.


7. Trabajar la comunicación y los juegos previos.


El diálogo con la pareja y la sexualidad plena son elementos imprescindibles para relajarse.

Puede resultar beneficioso dedicar más tiempo a los juegos previos para prolongar el placer, sin centrarse en la penetración.

Una buena comunicación también ayuda a reducir la presión y desarrollar un mejor entendimiento mutuo.

Menos estrés a menudo conduce a un mayor control.


8. Reducir el estrés y la ansiedad


La ansiedad por el desempeño es una de las causas más comunes de eyaculación precoz.

Sentirse bajo presión o preocuparse por la reacción de su pareja puede precipitar la eyaculación.

Para remediar esto, prueba a practicar ejercicios de relajación, como yoga o meditación, que pueden ayudar a reducir el estrés diario.

La idea es mantener la calma y abordar el acto sexual de forma relajada.


9. Variar posiciones


Algunas posiciones sexuales son más fáciles de controlar que otras.

Por ejemplo, las posiciones en las que tienes más libertad de movimiento, como la posición “andrómaca” (mujer arriba), te permiten reducir el ritmo si sientes que la excitación aumenta demasiado rápido.

Lo principal es experimentar para encontrar lo que funciona mejor para ti y adaptar el ritmo según tus sensaciones.


10. Consulta a un profesional si es necesario


Si a pesar de tus esfuerzos la eyaculación precoz persiste, puede ser conveniente consultar a un sexólogo o terapeuta especializado en trastornos sexuales.

Un profesional podrá ayudarte a comprender mejor las causas fundamentales de tu eyaculación precoz y apoyarte en las terapias adecuadas, como la terapia cognitivo-conductual, que ha demostrado su eficacia en muchos casos.


Conclusión: autocontrol progresivo y benevolente


Controlar tu eyaculación no es una misión imposible.

Es cuestión de paciencia, práctica y amabilidad contigo mismo.

Estas diferentes técnicas te ofrecen un enfoque global para trabajar tu control y controlar tu excitación.

La eyaculación precoz no debería ser un obstáculo para una vida sexual plena, sino más bien una oportunidad para aprender a conocer y controlar mejor tu cuerpo.

Siguiendo estos consejos poco a poco podrás recuperar la confianza en ti mismo, mejorar tu rendimiento y, sobre todo, divertirte más con tu pareja.

En cualquier caso, recuerda que cada avance, por pequeño que sea, es un paso hacia una sexualidad más serena y plena.
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